A 10 años de tu partida

Buenos Aires, 24 de agosto de 2005

Carta a mi Papá:

Descarto que en el cielo haya cybers abiertos todo el día, va, en realidad en la eternidad no existe el tiempo, ¿no? y no puedo con mi tecnonaturaleza, por lo que sin más voy al punto: ha dejado de acompañarnos en el planeta, mi viejo.

Para los que lo conocieron no puedo agregar nada, para los que no, van las siguientes líneas.

Mi papá no nos enseñó sólo con la palabra, creo que más lo hizo con el ejemplo, no he conocido persona más decente, ética, honrada e incorruptible que él. La justicia, la rectitud y la coherencia no lo abandonaron jamás. Cientos de veces no estuvimos de acuerdo, hoy, se que nuestras diferencias sólo eran periféricas y que lo central nos lo trasmitió junto con su ADN y lo compartimos.

Siempre lo pensé y hasta ahora sigue siendo así, si todos fuésemos aunque sea sólo en parte como mi viejo, nuestro país sería paciente, equitativo, solidario y por sobre todo justo. Tuvo cientos de oportunidades de “transar”, ocultar, sacar ventajas, evadir y no ser descubierto. Pudo enriquecerse y dejarnos a todos “parados”. ¿Pero saben qué?, no lo cambio por nada…

Él a los casi ochenta y cinco años pudo pasar de nuestro mundo a la eternidad, con las manos de su hija, de su hijo y de su nieto sobre el corazón sin emitir un gemido, un ruido o una exclamación.

Creo que tengo (en medio de este dolor) mucho que agradecer:

Gracias Dios por darnos un padre así, gracias también porque no dudo que ahora está con vos, gracias porque en todo este tiempo de dolor me pude encontrar tanto con él y sentí tanto su amor desde su sufrimiento.

Gracias Dios por haberme dado la dicha de estar a su lado en su última exhalación, no sabes lo “importante” que fue para mí despedirlo mientras se iba a tu casa.

Gracias por la Hermana que me diste y por regalarme el don hermoso de mi familia.

Qué suerte que pude decirle todo lo que lo quería antes que partiera y escucharlo también de él.

Ahora además de tantos que interceden ante Dios por el bien y la ayuda de los que quedan, hay alguien más y encima es mi viejo (no lo había pensado de esta manera), pero semejante “allegado” va a ser de mucha utilidad (no sólo para mi)… Aprovéchenlo (sean o no creyentes), les aseguro que tiene “influencias”.

Como dicen mis hijos “…DonJo es una masa…” (acá o allá). Como rezó mi hermana “…no pudimos haber tenido un padre mejor…”.

Nos estamos viendo, Pá, ¡cuidame.!….

Con todo su amor, tu hijo JB.