Luca

Llegó a nuestras vidas, a MI vida un 19 de febrero del 2014. No fue una bocanada de aire fresco, fue un vendaval de amor y dulzura que me derritió totalmente.

Nunca soñé con que esta llegada al mundo me iba a tocar tanto, tenía mis resguardos al tema de ser abuelo. Pero qué suerte que me equivoqué tanto. Dios me dio un regalo que todos los días agradezco más que el aire que respiro.

El verlo crecer es otro sueño increíble. No crece, muta, cambia de piel diariamente, mis sorpresas cotidianas se ven siempre felizmente superadas. Qué más hermoso que levantarse todos los días y ver a un ser que uno ama tanto ir creciendo tan feliz y tan sonriente al lado de sus amados padres.

Cada foto, cada video, cada juego es un acto de amor y de felicidad. Creo que él es una RAZÓN para vivir.

Dios me siga regalando con semejante «don» diario, y me permita acompañarlo de la mano por mucho tiempo como su abuelo.